Cae el telón de acero
“Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático, ha caído sobre el Continente un telón de acero”. Palabras pronunciadas por Winston Churchill en el Westminster College de Fulton, Missouri, el 5 de Marzo de 1946. Stalin las calificó de “llamada a la guerra” mientras Truman hacía ver que se distanciaba pero en el fondo todos sabían que Churchill tenía razón. La influencia comunista en el Continente era cada día más poderosa y tanto el MI6 como la CIA sabían que la Unión Soviética acabaría invadiendo una parte de Europa Occidental. Tenían que prepararse para ello.
Uniendo sus fuerzas una vez más, británicos y norteamericanos pusieron en marcha una de las primeras operaciones secretas anticomunistas de la Guerra fría, la “Operación Gladio”. Su objetivo era la lucha clandestina en países capitalistas europeos en riesgo de caer en las garras de la Unión Soviética o en países tomados por los comunistas. Las fuerzas paramilitares que integrarían “Gladio” en diversos países debían ser profesionales, marcadamente anticomunistas y capaces de operar en secreto durante largos períodos de tiempo.
Gehlen Org: Nazis contra comunistas
Estados Unidos utilizó en algunos países a excombatientes nazis para luchar contra los comunistas. No todos servían para Gladio, sólo los más conservadores o convencidos nacionalsocialistas alejados de la izquierda y del conservadurismo moderado podían llegar a engrosar sus filas. El fin justificaba los medios y antiguos funcionarios de la Abwehr, la Gestapo, el SD, las SS y hasta unidades de las Waffen-SS pasaron a formar parte del ejército secreto de los americanos eludiendo la justicia. Se cree que el criminal de guerra Alois Brunner, responsable del campo de Drancy (Francia) y uno de los arquitectos del Holocausto, fue uno de los integrantes de Gladio por su feroz anticomunismo.
La rama alemana de Gladio fue activada en Junio de 1946 y bautizada como Gehlen Org en honor a su máximo exponente, el Generalmajor de la Wehrmacht Reinhard Gehlen. Oficial de Inteligencia experto en la Unión Soviética, Gehlen se había rendido a los norteamericanos en 1945 con una gran cantidad de archivos de inteligencia microfilmados en su poder y una red de espías durmientes que lo convirtieron en el nuevo mejor amigo de los aliados occidentales.
La Gehlen, con base en Pullach y su red de espías particular, la red stay behind, empezaron con 350 hombres que a lo largo de los años se multiplicaron hasta los 4.000. Los V-men, como eran conocidos los agentes, llevaban a cabo acciones clandestinas orquestadas por los servicios de inteligencia norteamericanos (US Army G-2) y por la CIA contra objetivos comunistas en países europeos.
Algunos de sus éxitos fueron el descubrimiento de una red de espías yugoslavos en países de la Europa Occidental (“Operación Bohemia”), acciones de contra-espionaje contra organizaciones disidentes europeas (“Operación Rusty”) y sobretodo la neutralización de una unidad de asesinos profesionales enviados a Europa por SMERSH, la mítica organización soviética de defensa creada en 1942 para luchar… contra los nazis. Pero sin duda su mayor éxito fue la capacidad de localizar individuos de interés que estuvieran hartos del régimen comunista bajo el que vivían y su posterior evacuación a países más seguros.
Entre 1947 y 1955 cualquier prisionero de guerra alemán liberado por los soviéticos era entrevistado por agentes de Gehlen antes de regresar a casa. Toda información que pudiera aportar algo sobre el estado de la economía o la tecnología de los países bajo influencia soviética, por nimia que fuera, podía resultar de gran ayuda para los americanos. Durante años Gehlen fue los ojos y los oídos de la CIA en la Europa comunista, un auténtico ejército secreto al que nunca le faltaron ni medios ni financiación.
“Alemania disponía de un excelente potencial en hombres entrenados para conformar las unidades clandestinas y las reservas del ejército secreto. Una resistencia eficaz puede y debe organizarse”. – Overall Strategic Concepts. 28 de Marzo 1949 –
En 1955 la Gehlen Org vió recompensado su patriotismo cuando fue transformada en la Bundesnachrichtendienst (BND), el nuevo Servicio de Inteligencia de la Alemania Occidental. Reinhard Gehlen lo dirigió hasta 1968 cando tuvo que dejar el cargo por los numerosos escándalos que iban creciendo en torno a él, uno de ellos el descubrimiento de que un agente llamado Heinz Felfe que trabajaba en el Cuartel General de Pullach y antiguo SS- Obersturmführer, era un agente doble al servicio de los soviéticos.
Guerra total
Con el paso de los años Gladio se convirtió en un ejército sin escrúpulos controlado por la CIA y la OTAN cuyos objetivos principales eran el espionaje de las organizaciones de izquierda y actuaciones clandestinas en caso de que los comunistas estuvieran en el poder. En nombre de la paz y de la estabilidad se cometieron terribles atentados de falsa bandera como los de Peteano (1972), Bolonia (1980) o las matanzas de Brabante (1983-1985) y asesinatos selectivos como los de Julian Lahaut (Julio 1950) o los de militantes antifascistas españoles por encargo de los servicios secretos de España.
Hoy en día se cree que Gladio sigue teniendo una importante presencia en las bambalinas de la política internacional aunque puede haber cambiado parte de su arsenal por ordenadores y hackers a sueldo. Las viejas banderas se enfrentan de nuevo en una batalla sin fin entre el Este contra el Oeste en un mundo globalizado donde algunas fronteras ya solo se encuentran reflejadas en los mapas.
Para saber más:
- “El telón de acero” [Consulta: 8 Septiembre 2015].
- «La guerra secreta en España«. Daniele Ganser. [Consulta: 9 Septiembre 2015].
- “Los ejércitos secretos de la OTAN. La Operación Gladio y el terrorismo en Europa Occidental”. Daniele Ganser. [Consulta: 9 Septiembre 2015].
Fotografía: Dominio Público