Hannah Szenes

Hannah Szenes (en húngaro, Szenes Anikó) era una poetisa húngara judía que en 1939, con 18 años, había marchado a Palestina para estudiar agricultura. En 1941 se unió al kibbutz Sdot Yat y poco después a la Haganah, grupo paramililitar judío precursor del Ejército Israelí.

En 1943, consciente de las penurias por las que estaban pasando los judíos en Europa, decidió alistarse en el ejército británico. «Somos los únicos que podemos ayudar y no tenemos siquiera el derecho a dudar… Es mejor morir con la conciencia tranquila que volver a casa sabiendo que no intentamos nada» dijo Hannah a los oficiales británicos.

En Enero de 1944 ella y 31 voluntarios fueron enviados a El Cairo para entrenarse como paracaidistas y en Marzo de 1944 aterrizó en Yugoslavia para unirse a los partisanos de Tito. Su misión era liberar a la mayor cantidad de judíos de los guetos, incluyendo a su madre y a su hermano, pero en Junio de 1944 después de que los nazis invadieran Hungría, la resistencia se planteó cancelar la misión. Hannah no tenía ningun miedo y cruzó la frontera con Hungría para llevar a cabo su misión. «No se borrará de mi recuerdo la serenidad asombrosa que reflejaba el rostro de Jana. A ratos lanzaba una mirada en dirección a ella y la veía echada, revólver en mano, con un fulgor divino en los ojos» dijo sobre ella Reubén Dafne, uno de sus antiguos compañeros.

Poco después de atravesar la frontera húngara Hannah fue detenida por la policía local acusada de espionaje y enviada a prisión. A pesar de que la Gestapo la torturó brutalmente y que incluso trajeron a la prisión a su madre para torturarla si Hannah no hablaba, la joven judía jamás reveló los códigos del radiotransmisor que llevaba encima o cualquier información que pudiera comprometer a la resistencia o a los aliados. Los alemanes se acabaron cansando de ella y la arrojaron a lo más profundo de una prisión en Budapest a espera de juicio.

Durante su estancia en la carcel Hannah siempre intentó elevar los ánimos de los demás presos, especialmente los judíos. Con un espejo le hacía señales luminosas a otros internos e incluso llegó a colgar de su ventana mensajes en hebreo con letras recortadas. Siete meses después de haber sido detenida y tras una farsa de juicio, Hannah fue declarada culpable de traición y condenada a muerte. El 7 de Noviembre de 1944 fue fusilada por un pelotón alemán, mirando sin venda a sus verdugos como último deseo.

Su obra literaria llegó íntegra hasta el final de la guerra y un diario personal que ella escribía desde 1934 se publicó en 1946. Poco antes de partir para Europa, Hannah copió todos sus poemas en una libreta y el mismo día del vuelo dejó en la base un sobre cerrado que debía abrirse en caso de que ella no regresara. Contenía un poema llamado «Cogimos flores»:

Cogimos flores en los campos, en las montañas,
respiramos aires nuevos de primavera.
Nos bañamos en el ardor de los rayos de Sol
en la patria, en la casa amada.

Marchamos hacia los hermanos en tierra extraña,
bajo el peso del invierno, la oscuridad y la escarcha.
Nuestro corazón traerá la nueva de la primavera,
nuestro idioma alcanzará el cántico de la luz.

Durante su estancia en Yugoslavia escribió un poema llamado «Bendita la llama» con el que animaba a los judíos a rebelarse contra los opresores nazis:

Bendita la cerilla consumida prendiendo llama.
Bendita la llama que arde en secreto en medio del corazón.
Bendito el corazón con fuerza para detenerse en nombre del honor.
Bendita la cerilla consumida prendiendo llama.

Tras la muerte de Hannah, su madre encontró entre sus ropas una pequeña carta y el que sería su último poema, escrito en su celda de Budapest:

Querida mamá:
Únicamente puedo decirte lo siguiente: un millón de gracias y, si es posible, te pido que me perdones. Tú sola comprenderás por qué no es necesario emplear aquí más palabras… Con amor infinito, tu hija.

Uno, dos, tres… Ocho pasos de largo,
dos de ancho…
La vida se cierne sobre mí como un interrogante.
Uno, dos, tres… Quizá otra semana,
O a fin de mes aún me encuentre aquí.
Mas tambaleando sobre mi cabeza: la nada.
Y ahora, en Julio, cumpliría 23…
He apostado a lo que más importaba.
El dado rodó. Perdí.

Imagen de portada de  Carola68 Die Welt ist bunt…… en Pixabay

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About Victor Baldovi

Victor Baldovi es guionista y escritor especializado en la Segunda Guerra Mundial. Ha escrito cinco libros (dos de ficción) y desde el año 2005 es redactor de artículos sobre la WW2.

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