El 22 de mayo del 2007 se celebraron 100 años del nacimiento de Georges Remi «Hergé», el creador de Tintín. ¿Sabías que en algunas de sus obras Hergé hizo referencias explícitas a la Alemania nazi del tercer Reich?
La primera obra de Tintin en la que aparecen estas referencias pero para denunciar el fascismo fue en El cetro de Ottokar (originalmente llamado «Tintin en Syldavia») en la que el país de Borduria intenta anexionarse a Syldavia con la ayuda de un tal Müsstler. Los bordurios recuerdan a los nazis en su vestimenta, en sus nombres y en sus aviones y el nombre Müsstler es claramente una mezcla de los nombres de Mussolini y Hitler.
Sobre el álbum, publicado en el suplemento infantil Le Petit Vingtième del 4 de agosto de 1938 al 10 de agosto de 1939, Hergé dijo que fue un amigo quien le dio la idea y que en ella se explica la historia de un Anschluss abortado.
Durante la ocupación nazi de Bélgica Hergé trabajó sin apenas preocupaciones para el periódico filonazi Le Soir. La primera de las cinco aventuras de Tintín que Hergé creó durante la Segunda Guerra Mundial fue «El cangrejo de las pinzas de oro» (1941 y reeditado en 1943), la primera aventura donde aparece por primera vez el capitán Haddock.
Su siguiente trabajo fue «La estrella misteriosa» (1942), una aventura en la que el malvado de la historia era un judío norteamericano dibujado con nariz aguileña y labios gordos, la misma forma de representar a un judío que la que utilizaban los nazis en su propaganda antisemita. En «La estrella misteriosa» también se daba la «casualidad» de que todos los científicos internacionales que aparecen pertenecían a países favorables al Eje, neutrales u ocupados. En 1952 «La estrella misteriosa» fue reeditado y el álbum se sometió a un lavado de cara: el malvado americano se transformó en ciudadano del país imaginario «Sao Rico», su apellido cambió de Blumenstein a Bohlwinkel y algunos chistes que podían ser considerados como antisemitas fueron eliminados.
En 1973 Hergé habló en una entrevista sobre su pasado: «Reconozco que yo también creía que el futuro de Occidente podía depender del Nuevo Orden. Para muchos la democracia se había mostrado decepcionante y el Nuevo Orden traía nuevas esperanzas. A la vista de todo lo que pasó se trataba naturalmente de un gran error haber podido creer en ello». También en 1973 declaró a la revista flamenca Elsevier: «Mi ingenuidad de aquella época rozaba la necedad, podríamos decir que incluso la estupidez».
Os dejo con una página de «La estrella misteriosa». ¿Reconocéis al personaje del interior del taxi?
Imagen de portada de Vinson Tan ( 楊 祖 武 ) en Pixabay